Un amor sin fin (Parte III)

Las palabras me enamoran, él siempre lo supo y las tuvo para mí, cuando quise reír, él me ayudó a hacerlo, necesité llorar y él me consoló sin necesidad de derramar una lágrima, pero se terminó, simplemente las cosas llegaron a un fin doloroso donde ni los recuerdos servían de consuelo y me perdí sin poderme encontrar, no pude esperar que un rayo me despierte para hacerme reaccionar, el tiempo pasó y cuatro años más para volver a saber de él, cuatro años en donde nuestras vidas dieron cambios importantes: los dos nos casamos, tuvimos un hijo (el mismo año) y nuestros matrimonios se terminaron también; algo que no cambió fue que él seguía en Tacna y yo en Lima y no sabíamos nada el uno del otro.

Una noche cualquiera, llamé a mi papá para saludarlo, estaba en Tacna (no lo sabía) en la casa de Toño (tampoco lo sabía), después de conversar brevemente con él, me dijo: espera que alguien quiere saludarte, bastó escuchar “Hola negra” para saber que él era, él fue y siempre será; así nunca más nos volvamos a ver, así el mundo conspire en nuestra contra y decida mantener nuestras vidas separadas, estaba convencida que en mi corazón siempre estará, a pesar de todo. Esa noche hablamos mucho, discutimos, nos enojamos, nos reprochamos, no pedimos perdón y volvimos a jurarnos amor aun a la distancia, quedamos en vernos, viajar, pero las circunstancias que la vida te presenta, sin poderlo predecir, no lo permitieron.

Desde ese momento no hemos dejado de hablarnos con frecuencia y en una de esas conversaciones, Toño me contó que su papá, mi tío, estaba con el maldito cáncer y que viajaba cada cierto tiempo a Lima, al año siguiente el tema del cáncer de mi tío tomó más importancia porque las cosas no mejoraban todo lo contrario; supe entonces que se hospedaban en un hotel que estaba segura que en algún lugar lo había visto, pero no podía recordar donde; al poco tiempo, salí de trabajar y mientras manejaba de regreso a casa, vi el hotel y no podía creer que estuviera tan cerca, más de lo que podía imaginar, estaban a una cuadra y media de mi casa; desde aquel entonces mis tíos vienen todos los meses y se quedan conmigo por unos cuantos días mientras reciben el tratamiento y a pesar de su enfermedad pasamos momentos muy bonitos juntos.

Hace casi un años que hablamos todos los días y la ilusión de nuestro primer amor nos invita a soñar con un futuro juntos, donde somos los protagonista de nuestra historia; no sabemos si podremos estar juntos nuevamente en algún momento de nuestras vidas, no sabíamos si nos volveríamos a ver pero eso no ha impedido tener el cariño, la confianza y la ilusión que hoy nos sigue envolviendo como hace 19 años.

Ayer fue un día difícil en el trabajo, estuve full en todo momento, eran casi a las 6 de la tarde cuando mi teléfono sonó, entonces el día cambio para mi y fui muy feliz:

- Hola negra, cómo estás?
- Hola rey, cansada pero feliz de escucharte
- El lunes llego a Lima a verte
- Ahhhhhhh…. Nooooooo…!!!
- Sí y debo confesarte que estoy bastante nervioso, han pasado muchos años
- Son 9
- Sí, es mucho tiempo, hay muchas cosas de que conversar, otras tantas que no se dijeron y creo que ya va siendo hora, tenemos un tema juntos que aun no ha tenido un final definitivo…
- Ok – No pude decir más y la llamada terminó

Hoy es todo lo contrario, estoy muy triste y tengo sentimientos encontrados, hoy internaron en el hospital a mi tío, el papá de Toño, pasó una noche muy mala y la enfermedad lo está matando; estoy nerviosa porque voy a ver a mi primer amor, al chico que hace casi 19 años me dio mi primer beso, ahora convertido en un hombre y después de 9 años estará frente a mi, estoy confundida, no sé que sentir, no sé cómo actuar, sólo sé que cuando lo vea correré a sus brazos y será difícil despegarme de ahí y eso me asusta más.

[Kilómetros - Sin Banderas]