lunes, 25 de agosto de 2008

Gracias por darme alas de tus alas y enseñarme a volver a volar

Si me preguntas de caídas puedo enumerar tantas, que necesitaría hablar las lenguas del mundo; nunca terminaré de conocer a las personas, eso es algo que temo casi tanto como la soledad y si de miedos te contara verías que soy la persona más frágil en este momento, tengo miedo del fracaso, del abandono, de despertar un día sabiendo que pase la vida buscando algo que no existe, de la decepción, de la felicidad que termina donde empieza la inefable nostalgia, de la sonrisa que cuartea el corazón, de las miradas que se clavan en el iris del alma, de las palabras amables, de las intenciones traicioneras, de las amistades largas, de las ilusiones vagas, de los recuerdos felices de una niñez inocente, de la realidad de vivir maduro.

Esos son mis más recurrentes miedos; aquellos que me molestan, desvelan y cansan... esos son, más bien fueron... hasta ayer. Puedo contarte algo ? ayer fue la noche más tranquila que tuve después de casi dos años, ayer no sólo pude cerrar los ojos sin tener que abrirlos por algún sobresalto; sino, que me deje abrazar por tus palabras que aun hoy murmullan a mis oídos y acarician mis sienes, ayer me aferraba a tu risa y estiraba tu voz para que aun pudiera sonar un poco más, ayer conspire con el tiempo para hacer de cada segundo un instante eterno con el cual fabricar una colcha que me protegiera de este invierno, ayer me enrede en tus cabellos y sé que no los toque, sé que estas lejos pero pude, pude sentirlos, ayer te sentí y me sentí a mi mismo.

Si los momentos felices, son sólo eso, momentos y que siempre nos saben poco, quiero más, que no se acaben, que siempre exista un momento para poder volar juntos.

Siempre es y será bueno tener un lugar al final de nuestro arco iris...
Yo también tqm Cathy...

Paulo

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